En Junio de 2013, nada más acabar el curso escolar, hicimos un viaje en coche por Irlanda, comenzando y terminando en Dublín, con paradas en Kilkenny, Blarney, Cork, Liscarroll, Killarney y Doolin. El peque de la casa se había ido a pasar un trimestre con una familia a Liscarroll en Enero, así que fuimos a conocer a su “familia irlandesa” y de paso conocer algo de Irlanda.
El viaje fue delicioso, corto pero intenso y sin parar. Una vez adentrados en las carreteras interiores, no por autovías, el paisaje nos recordaba a Galicia pero con más ovejas y menos vacas.
Valle de Glendalough
Nada más llegar a Dublín alquilamos un coche en el aeropuerto y pusimos rumbo al valle de Glendalough para llegar a dormir a Kilkenny. Glendalough está como a una hora del aeropuerto de Dublín.
El valle de Glendalough, que significa “Valle de los Dos Lagos”, es un valle glaciar situado en el condado de Wicklow y se encuentra en el Parque Nacional de las Montañas de Wicklow. La zona es impresionante y eso que nos tocó un día muy nublado y con algo de lluvia a ratos. Pero aun así es una preciosidad el sitio. Y es que, como ya hemos dicho en otras ocasiones, los monjes no escogían sitios feos para retirarse.
El valle fue un asentamiento monástico medieval fundado en el siglo VI por San Kevin, un sacerdote ermitaño.
Cuenta la historia que en 498, un joven monje de nombre Kevin llegó al valle y quedó hechizado por el lugar considerándolo perfecto para la meditación, por lo que se instaló en una antigua tumba de la Edad de Bronce, muy cerca de lago Superior. Durante diez años, Kevin durmió sobre las piedras y, según cuenta la leyenda, se hizo gran amigo de los animales. Atraídos por la fama del hombre santo y de que hacía milagros, además de por su forma de vida natural, pronto el lugar se convirtió en un importante centro de peregrinación cristiana, y en el siglo IX ya se había convertido en el primer centro monástico de Irlanda.
En el año 570, Kevin se convirtió en el primer abad de la comunidad monástica, que a su muerte, en el 617, reunía ya a un numeroso grupo de frailes. Pero este solitario valle sufrió varios ataques: su éxito captó la atención de atacantes vikingos, que saquearon el monasterio al menos cuatro veces entre los años 775 y 1071. Luego vivió un periodo de recuperación gracias a otro célebre abad: St. Laurence O´Toole (1128-1180), que desde 1162 fue arzobispo de Dublín. A finales del siglo XIV, la invasión anglonormanda destruyó este primitivo asentamiento del cristianismo irlandés y Glendalough fue saqueada de nuevo y abandonada a su suerte.
Los sitios más importantes en la visita a Glendalough son los lagos: Upper Lake y Lower Lake, la Iglesia de Trinity Church, la Cocina de San Kevin, la Catedral, la Cruz de San Kevin y el Visitor Centre.
Kilkenny
Una vez acabada la visita cogemos rumbo a Kilkenny, donde pasamos la primera noche. Lo hicimos en un B&B que se llama Newlands Lodge. Y fue el mejor comienzo posible en nuestra ruta de B&B, la malo fue que puso el listón muy alto. La casa era preciosa, los dueños un encanto y la habitación perfecta con todo tipo de detalles. Y del desayuno ¿qué os voy a decir? Espectacular. Scones recién hechos, un portridge riquísimo y de verdad que la atención fue inmejorable. Totalmente recomendable.
Su web:
Se encuentra en las afueras de Kilkenny.
Después de dejar las cosas en el B&B nos fuimos a cenar algo al pueblo.
Cenamos en un pub-restaurante típicamente irlandés que se llamaba Kyteler´s Inn Kilkenny. Está ubicado en uno de los edificios más antiguos de Kilkenny. Elaboran desde hace años, con una receta especial, una cerveza autóctona, la Kiteler. Y la casa tiene una bruja, la bruja Alice, que habita allí (ahora su espíritu), desde 1324.
Al día siguiente pusimos rumbo a Mallow, donde mi hijo tenía actividades escolares cuando estuvo aquí estudiando. Así que nos dimos una vuelta por los sitios que frecuentaban.
De camino pasamos por Cashel. Este pueblo es conocido principalmente por Rock of Cashel, que es una fortaleza medieval situada en una elevación del terreno a las afueras del pueblo. Esta fortaleza fue el símbolo del poder real y eclesiástico durante más de un milenio. Fue sede de los reyes de Munster, que acabaron cediendo Cashel a la iglesia que lo mantuvo hasta que Cromwell en 1647 mató a sus 3000 ocupantes. La catedral se abandonó en el siglo XVIII. Nosotros pasamos sin pararnos a ver el interior del castillo.
Seguimos…