Paseíto mañanero, desayuno y ducha. Hoy nos vamos a Roosevelt Island, visita pendiente de otros viajes.
Cogemos el bus a Manhattan. El bus que solemos coger es el 159, que sale de Fort Lee y baja hasta Weehawken, atraviesa el Lincoln Tunnel y entra directamente en el Port Authority Bus Terminal, en la calle 42 con la 8ª avenida.
Como mañana nos vamos a Washington, nos acercamos al lugar de donde salen los autobuses de Megabus a echar un ojo, porque como hay que madrugar así ya vamos a tiro fijo. Nos dicen que es en la calle 34 entre las 11ª y 12ª avenidas, o sea, casi en el río. Bajamos hasta la 34th por la 8ª avenida y una vez allí giramos al oeste en dirección al río. Calor. Llegamos a la 34 y ya vemos el sitio. Es en la calle, no hay estación. Preguntamos a los de la compañía que vemos allí, hay varios carteles con los diferente s autobuses para hacer la cola, el que no lleva billete se espera a que entren los que sí lo tienen y si hay plazas libre suben. Lo mismo pasa con la reserva de asientos, si los reservas pagas más, pero sólo se pueden reservar 10 asientos, creo recordar, el resto se coge según subes al bus. Nosotros para la ida no pudimos reservar asiento, que ya no había, para la vuelta sí. Una vez aclarado esto nos volvemos por la calle 34 hasta la 8ª avenida a coger el metro para ir a la 64 con Lexington a comer en el restaurante Jackson Hole y ya después irnos a Roosevelt Island.

Ya habíamos estados dos veces en este restaurante, en viajes anteriores. Una vez en éste en el Upper East Side y otra en el Upper West, en Columbus Avenue. con la 85. Cocina Tex-Mex, raciones enormes y todo muy rico y picante si no avisas que no te gusta el picante, o sea, mi caso. Mi hijo encantado, incluso pediría más picante.
http://jacksonholeburgers.com/
Comimos nachos, quesadillas y «hamburguesita». Sobraban los nachos vista las raciones, que ya no nos acordábamos…y comemos con los ojos muchas veces!!! El precio: 67$



Después de comer nos vamos andando a coger el teleférico para ir a Roosevelt Island. La estación está entre las calles 59 y 60 en la 2ª avenida, cerca del Queensboro Bridge. Se puede usar la Metrocard. El trayecto no dura ni 5 minutos y las vistas son estupendas.

Una vez en la isla damos un paseo hasta el punto más al sur por el parque. Las vistas de Manhattan son preciosas, la pena que el día está nublado y la luz no es la misma. La isla no es muy grande, son como 3km de largo.
En sus inicios la isla era llamada por los Indios Algonquinos como Minnahannock, hasta 1637 cuando fue comprada por el gobernador holandés Wouton van Twiller y pasó a llamarse «Varckens Eylandt». Durante el siglo XIX en la isla se construyó un hospital para enfermos de viruela, una cárcel, un asilo para pobres y un manicomio, cambiando de nombre en 1921 a «Welfare Island» (Isla de la Asistencia Social). En 1969 se comenzó a urbanizar y fue renombrada como «Roosevelt Island» en 1973. El primer complejo residencial fue abierto al público en 1975 y actualmente viven en ella casi 12.000 personas.



Muchas fotos, descansamos un rato y volvemos a ponernos en marcha.
Cogemos de nuevo el teleférico, y desde la estación nos vamos andando por el Upper East callejeando, atravesando Park Avenue, Madison y Lexington hasta llegar a la 5ª avenida, a la altura de la Apple Store. Lugar obligado de visita siempre. Éste en concreto está siempre lleno de gente, pero aún así entramos a echar un ojo, refrescarnos y descansar un rato. Además hay wifi!
Volvemos a enfilar la 5ª avenida, dirección downtown.

Por fin la catedral de San Patricio está sin andamios por obras, así que se ve preciosa después de la remodelación. Llevaba tres años en obras, con andamios por fuera y por dentro. Leímos que el presupuesto de la obra fue de 175 millones de dólares. Así que estará lista para la visita del Papa. Está en la 5ª avenida entre las calles 50 y 51.


Siempre impresiona, sobre todo entre tanto rascacielo…
Luego enfilamos hacia Port Authority a coger el bus, que mañana madrugamos para irnos a Washington. A las 6 am sale el bus, hasta el sábado por la noche que volvemos.